sábado, 25 de diciembre de 2010

Noche Buena


Debo admitir que fue extraño la primera vez. Que a uno lo traten como si fuera un espantoso monstruo resulta muy doloroso las primeras veces. No es que quiera empezar a inventar escusas. No. Tan sólo creo que un ser humano debe tratar a otro como igual sin importar la condición (aunque admito que suena utópico). Hace poco una señora de esas adineradas empezó a gritar como loca cuando me acerqué, como si fuera un feroz leopardo y ella una indefensa gacela. Sólo quería ayudarla a cruzar de acera. Uno se acostumbra a vivir en la calle: ser mendigo puede ser un trabajo difícil aveces. No me quejo. Memento homo quia pulvis es et in pulverem reverteris. De ángel esplendoroso a ángel caído en un día: la típica historia.

No sé si todo lo que pasó fue producto de las drogas. Somos blancos de las críticas por querer inhalar cemento de vez en cuando; se culpa a todos esos satánicos químicos por nuestra desgracia pero ellos no tienen la culpa. Si sintieran el frío de la calle cada vez que caen dormidos y sufren el ardor de la acera hirviendo en la nuca cuando se levantan, también les gustaría despejarse cuando se presenta la oportunidad. No piensen mal de mí, yo soy el único quien dirige mi vida, a pesar de que las pruebas testifiquen en mi contra.

Todo pasó en una noche de luna llena. Las nubes trataban de quitarle el esplendor al astro como si sufrieran un ataque de celos, pero no lo lograban. Había logrado que un chino dueño de un supermercado me hubiera regalado unas sobras para comer: bajo el frío espectral de la calle cualquier sobra es un lujo. Me senté en la esquina – ahora abandonada – donde los travestis acostumbraban ganarse el pan de cada día y me dispuse a comer. El silencio se había apoderado de la calle, el vacío amenazaba con adueñarse de todo; parecía que alguien había talado los grandes árboles de cemento y vidrio de la jungla de asfalto y hubiera dejado un desierto. Estaba completamente solo en ese escenario sin intérpretes.

El bombillo de un poste de electricidad reventó, atentando contra toda aquella ceremonia de calma sepulcral. Ya estaba acostumbrado a ese tipo de fallas; cuando uno lleva tanto tiempo deambulando por una ciudad, nada te sorprende. Nada. Empecé a escuchar el sonido de algo que parecía raspar el asfalto. Esas ratas por comer de todo, han crecido como si fueran rinocerontes –pensé inocentemente, sin darme cuenta que algo estaba tratando de quitar la tapa de la alcantarilla que estaba debajo del semáforo que parpadeaba epilépticamente al frente mío.

Había escuchado el mito urbano de los cocodrilos que habitan en las cloacas, pero para quitar esa tapa se necesitaba algo que ningún reptil –por suerte – tiene: pulgares. El sonido de una canción de música Charleston empezó a salir de la alcantarilla. Pensé que Morfeo me estaba jugando una mala pasada pero, después de pellizcarme varias veces, pude notar que aquello de verdad estaba sucediendo. Los forcejeos con la tapa continuaron hasta que salió volando como un cohete; cayó en medio de la calle y giró sobre sí hasta que finalmente se detuvo, y de la alcantarilla empezaron a escucharse voces junto a la música.

Un hombre con sombrero de copa salió triunfal de esa alcantarilla de fantasía. Llevaba un elegante traje entero de color morado; su rostro apenas se dejaba ver gracias a unos largos anteojos verdes, llevaba un largo bigote de Dalí que se alzaba hacia el cielo exuberantemente y una cálida sonrisa remataba el bizarro aspecto que el hombre tenía.

-Buenas noches, buen hombre- dijo el que parecía ser un maestro de ceremonias- espero no interrumpir su cena pero mi caravana necesita llegar a su destino lo más rápido posible.

Petrificado por tal sorpresa, no pude articular ni una palabra. Cuando pude reaccionar un poco ante tal situación, hice una seña de aprobación que el caballero agradeció con una reverencia.

Del pequeño hueco de la alcantarilla salió una mujer vestida con un corto vestido rojo. Sus anchos labios y su mirada concupiscente retaban a cualquier corazón a quemar toda la pasión en sus cámaras de fuego. La sensual figura del súcubo recién salido de la cañería no era lo que más resaltaba, no. De su espalda salían unas largas alas de ángel que caían hasta el piso. No podía entender como el maestro de ceremonias y aquella musa habían podido brotar de un orificio que podía tener unos escasos 45 centímetros de diámetro. Parecía que hasta la generación espontánea se hacía presente en el siglo XXI.

El maestro de ceremonias y la mujer alada empezaban a alejarse por la calle cuando el cuerpo de un hombre reptó por el hueco que parecía conectar la soledad citadina con una orgía circense sacada de la mente del Marqués de Sade. Lo que me llamó la atención en aquel hombre era el hecho de que llevara su cabeza en sus brazos; sí, estaba decapitado y portaba su cabeza como un triunfal trofeo de cacería. Vestía un elegante traje emulando a un tirano Luis XIV y su cuerpo tenía el caminado de un recatado aristócrata a pesar de no portar una cabeza que le ordenara tal acción.

-Parece que acabas de ver al fantasma de tu abuela, amigo – me dijo su cabeza – te aconsejo que te tomes un trago, de esos que prepara el brujo.

¿Brujo? ¿De qué hablaba el decapitado? A continuación, salió de la cañería un brujo. Parecía que pertenecía a alguna tribu aborigen; llevaba un estrafalario amuleto en forma de cruz colgando del cuello y un taparrabos era lo que no permitía que anduviera como llegó al mundo.

-Oye Alejandro – gritó el decapitado, demostrando su dotes hospitalarios- regálale un trago a ese tipo. Parece que tiene frío.

El brujo saco un pequeño vaso de madera y vertió un líquido azul de una botella. Me lo extendió y tuve que tomármelo rápidamente para dar una señal de agradecimiento. El trago tenía un ligero saber cítrico; sin embargo, apenas me lo tragué, su sabor se convirtió en una sensación amarga al pasar por mi garganta, como si fuera café. Le devolví el recipiente de madera al brujo y el continuó su marcha.

Los personajes de la caravana seguían su camino por la calle hasta doblar en una esquina a una distancia de cuatro semáforos más lejos de donde yo estaba. Un hombre con cabello largo y una frondosa barba brincó de la alcantarilla. Tendió su mano al interior y sacó a otro hombre que tenía aspecto morisco; llevaba un largo turbante y una túnica color caqui, su barba blanca parecía competir con la del hombre que lo había sacado del abismo de las cañerías. Me percaté que el hombre de pelo largo era idéntico a la figura del mesías que siempre había visto en los cuadros de las iglesias cuando le rogaba a algún sacerdote que me regalara alguna limosna (los muy bastardos siempre me echaban de los templos quejándose de mi mal olor). El “Jesús” tomó de la mano al hombre del turbante – que parecía una especie de profeta – y lo besó apasionadamente en la boca. Siguieron la ruta de la caravana tomados de la mano como una pareja de adolescentes enamorados, de esos que pasean por los parques.

Unos niños cíclopes emergieron saltando y danzando al compás de la música que se seguía escuchando, proveniente de la alcantarilla. Cada uno llevaba una mariposa de exótico color enjaulada; habían de todos colores: plateadas, doradas, rojas, purpura. Un pequeño cíclope se acercó donde yo estaba y me lanzó una mirada curiosa. Sacó de su bolsillo una tiza y empezó a escribir en la pared sobre la cual estaba recostado. Luna divina, ilumínanos y juega con nosotros, rezaba aquel grafitti que al día siguiente intenté borrar pero no cedió a la presión de desaparecer.

Un séquito de enanos – calculo que eran unos ocho – salieron ansiosos como si esperaran algo. Uno silbó y seguidamente fue emergiendo una larga carroza. La carroza llevaba una gran caja de cristal con agua que contenía una sirena. La sirena nadaba en su pequeño hábitat como si estuviera surcando el océano más grande del mundo, demostrando sus atributos a pesar de su cautiverio. Aquella bella creatura, cuando se percató de mi enamorada mirada, se dispuso a cantar mas no logré escuchar nada. Pude notar que, en una esquina, el cristal llevaba una inscripción: Cristal retenedor de sonidos. Debo ofrecer mi más sincero agradecimiento al fabricante de aquella caja ya que no tenía un mástil al cuál atarme como alguna vez lo tuvo Ulises.

Noté que los actores empezaron a cambiar. De las cañerías empezaron a salir parejas de animales: dos marmotas, dos ornitorrincos, dos avestruces, dos camellos, dos cobras. Macho y hembra. Siguiendo la caravana como si fuera un arca bendita. Una pareja de tarántulas puso fin al desfile de animales que, seguramente, eran exiliados de algún gran zoológico. Lo último que salió de la alcantarilla fue el grupo de músicos encargados de tocar la movida melodía que se iba extinguiendo, poco a poco, conforme la caravana se iba, como si fuera una vela que agonizaba lentamente.

Después de que la caravana desapareció completamente y el silencio volviera a reclamar la noche, fui a revisar la alcantarilla. Una íngrima oscuridad me impidió ver lo que había adentro. Supuse que era mejor no jugar de intrépido, por lo que recogí la tapa y cerré la “puerta” que dividía la calle de las cloacas. Sentencié que algún día me armaría de valor y bajaría a explorar si allá abajo existía otro mundo. O universo.

Sé que es difícil que me crean que esto de verdad pasó. Un indigente puede llegar a mentir sobre cualquier cosa para tener algo que darle al estómago. Tan sólo quiero decir que no tengo ninguna razón para mentir: soy un solitario testigo de los eventos que se llevan a cabo en las calles. El intenso olor del cemento no puede dibujar, eso lo conozco muy bien. Los invito a pasar y observar el grafitti que dejó el pequeño cíclope; las autoridades han probado de todo para borrar la inscripción y todavía sigue allí, victoriosa, siendo la marca de un evento inesperado.

Quizá deberíamos tomarnos el tiempo y revisar que hay debajo de la calles. No cuesta nada. Podríamos encontrar mundos perdidos, cofres llenos de monedas de oro, caravanas con ilustres y extraños miembros, escaleras que conducen al lóbrego centro del infierno, o simplemente aguas negras.

Las calles están tan solas en noche buena, que nadie se da cuenta de lo que sucede en ellas.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Vientos de diciembre


El viento de diciembre movía los árboles como alguna vez lo hizo con un olvidado canto arcano tallado en la áspera superficie de una piedra. Sin embargo, el anciano no lo sentía.

No se daba cuenta de lo que sucedía a su alrededor. Las personas, los murmullos, los abrazos. Su vista se concentraba en seguir el golpe que recibía la tierra al ser ultrajada; una pala se encargaba de abrir las entrañas del suelo.

Y recordó lo efímero de la existencia. Al final, todo parecía un juego cruel: uno se va sin despedirse. Nunca se había preguntado por el tan famoso sentido de la vida, le parecía que era placer por perder el tiempo, sólo sabía que todos comparten un mismo destino pero le resultaba difícil entender que la muerte no sigue ningún orden.

El tiempo se devoraba a sí mismo. Dos hombres se encargaban de cerrar la sepultura que ahora albergaba un nuevo ataúd. Los martillazos que separaban viejos recuerdos del mundo real rompieron el silencio del anciano con un tempo profundo, capaz de helar las cálidas arenas del Sahara.

El anciano se quedó solo, observando la tumba de su nieta. Fue en ese momento que se dio cuenta que no volvería a cantar.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Una verde burla a la inteligencia


Es común que los jóvenes siempre recibamos críticas por parte de ciertos grupos. Nuestros gustos, ya sean musicales, políticos o incluso de vestimenta, son vistos como aberraciones que atentan contra algo llamado “moral” o “buenas costumbres”. Incluso hace poco cuando el Skatedra fue cancelado, el Concejo Municipal de Heredia se dejó decir que “este tipo de conciertos son incompatibles con la política que queremos para el cantón, para la juventud. Los que van a estos conciertos de música moderna, de pelos largos, salen en el mejor de los casos alcoholizados y otros drogados, y esto da pie a disturbios” .La verdad no pienso que alguien por tener pelo largo deba ser tachado de peligroso o que sólo por asistir a un concierto signifique que uno va a salir drogado, desconozco lo que estos señores de la municipalidad herediana quieren para la juventud pero me imagino que quieren que nos cortemos “las mechas”, usemos ropa “decente” y que leamos la biblia por la noches ¡Qué aburrido! ¿Acaso esas personas fueron alguna vez jóvenes? Sin embargo, cuando se acercan las elecciones municipales todos los partidos corren para atraer nuestros votos: sólo nos toman en cuenta cuando les interesa, lógico. Los mechudos/delincuentes descarriados/anarquistas/viciosos nos convertimos entonces en votos que los políticos estarán dispuestos a hacer de todo, hasta malabares, para obtenerlos.

Mi banda fue invitada aproximadamente hace una semana tocar en un festival llamado Alajuela para vos. Nos fue informado que el objetivo del evento era que las personas votaran en las próximas elecciones; aunque estábamos decepcionados de la política nacional, decidimos tocar ya que todo indicaba que muchas personas llegarían. El día del festival llegué faltando una hora para que tocáramos pero me lleve una muy desagradable sorpresa: el evento era del Partido Liberación Nacional, esto me extrañó mucho ya que en el periódico La Nación de ese mismo día decía que el festival era para promover el voto en las elecciones municipales. ¿Engaño vergonzoso? No lo sé. Ya no había marcha atrás y no me quedaba más que tocar a pesar de que preferiría morir mutilado que votar por ese partido. Un joven muy amable me informó que tocaríamos en una “guerra de bandas” y que sólo tendríamos el tiempo de tocar dos o tres canciones, esto debido a que a algún “genio” se le ocurrió que cinco bandas podían tocar en una hora. Le informe al joven mi descontento con esto pero me respondió que no podía hacer nada: donde manda capitán no manda marinero. Después de que el baterista de una de las otras bandas que tocaba demostrara tener un ego más grande que todo Londres al criticar los platillos con que toco (supongo que se creía la reencarnación de John Bonham), mi banda conectó su equipo y nos preparamos para tocar. Después de tocar la primera canción, un hombre tomó un micrófono y nos echó burlonamente del escenario diciendo que no había tiempo: no dijo gracias ni nada, como si hubiéramos rogado por tocar allí. Con las demás bandas hizo lo mismo. Pedí hablar con el encargado y el tipo, al ver lo enojado que estaba, me empezó a prometer que nos seguirían llamando para tocar en diferentes lugares, que todo había sido un error… ¡Como si no conociera a los políticos! Las gotas de sudor del joven que nos había llamado delataban su vergüenza, pero él nada podía hacer. Según los organizadores con el aplauso del público obtendrían el ganador, mi banda quedó en segundo lugar y recibimos 25000 colones, pero esa clase departidos siempre olvidan algo: que no todas las personas se callan con dinero. Después de la ridícula “guerra de bandas”, subió al escenario un hombre presumiendo haber dejado las drogas que se dedicó a lanzar chistes homofóbicos como por media hora.

La verdad no entiendo como un partido que pretende atraer el voto de los jóvenes es tan poco serio en lo que hace. Me sentí burlado, como si hubiera mendigado por tocar para ellos, y lo único que recibí fueron promesas huecas, como pasa en cualquier campaña electoral. A pesar de que a una banda se le denomine de “garaje” o “principiante”, esta merece el respeto de cualquier persona: la integridad artística debe permanecer intacta. Sólo debemos recordar la respuesta que dio un juez cuando Salvador Dalí fue llevado a la corte después de romper un escaparate, que había diseñado, al ser clausurado por atraer la atención de las personas que lo miraban: la integridad del artista se respeta sobre todas las cosas.

No creo que un partido que no puede ni manejar un simple “chivo” pueda organizar una municipalidad entera. Me di cuenta con esto que los políticos sólo se acuerdan de los jóvenes cuando los necesitan y les pueden sacar provecho, después de eso se dedican a cerrar los parques a los que vamos y a vetar los conciertos de la música que nos gusta. Todavía no me he decidido por quién votar en las próximas elecciones municipales pero sólo sé que estas cosas me hacen dejar de creer en la democracia.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Las fronteras de la razón


La situación que se está viviendo en la zona limítrofe de Nicaragua y Costa Rica ha desembocado en una crisis que parece demostrar que la razón también tiene sus fronteras. Los gobiernos de ambos países han utilizado este conflicto como medio para justificar sus intereses, creando así un ambiente de tensión que, con ayuda de la prensa, ha producido en la población de las dos naciones conductas xenofóbicas. Esta diferencia debió haber sido manejada por los dos gobiernos de una manera sensata y razonable, no de una forma que se llegue hasta insinuar la guerra.

Para comprender este conflicto debemos obviar los extravagantes adjetivos que utilizaron los diferentes medios de comunicación. El pasado 21 de octubre el gobierno costarricense acusó a Nicaragua de afectar territorio nacional, específicamente en la parte de la isla Calero, en las obras del dragado del río San Juan, un día después un contingente de la policía fue a la zona y levantaron una bandera de Costa Rica. El gobierno de Managua mandó un cuerpo del ejército a la zona alegando luchar contra el narcotráfico y argumentó que los trabajos se estaban realizando en el lado nicaragüense. El encargado de los trabajos Edén Pastora, un ex guerrillero revolucionario/ recluta de la Contra de dudosa reputación, alegó que según un mapa de Google esa zona era territorio nicaragüense. El ejército nicaragüense, entonces, decidió poner su bandera en la isla. Costa Rica prosiguió a denunciar el acto ante la OEA y a partir de allí, ser armó un completo circo.

Es cierto que Costa Rica debía defender su territorio; sin embargo, no de una forma retadora y casi bélica, olvidando la tradición de paz que caracteriza al país. El presidente nicaragüense Daniel, por otro lado, Ortega aprovechó la situación para declarar una “invasión al territorio” perfecta para su campaña de reelección en el 2011. Aunque tanto los mapas de Nicaragua como los de Costa Rica muestren la isla Calero como territorio costarricense, parece que Ortega le sacará la última gota al asunto, creando un juego político en beneficio propio.

Pero el gobierno de Laura Chinchilla no se queda atrás. Este conflicto ha servido para tapar la lucha contra el medio ambiente de la presidenta, que se dejó de hablar por la situación de “peligro en la frontera”. También ha significado una fabulosa oportunidad perfecta para justificar la presencia de militares estadounidenses en el Caribe, creando la oportunidad de cambiar el discurso nuevamente ahora en pro de la defensa de la soberanía nacional; es decir, la situación vivida en la frontera ha servido para que el pueblo se “una contra el enemigo” y olvide así todos los fracasos de la administración. Resulta evidente que los dos gobiernos han sabido sacarle provecho al pastel fronterizo.

En las dos naciones ha emergido un sentimiento nacionalista que ha llegado a convertirse en brotes xenofóbicos. Los grupos y mensajes creados en las diferentes redes sociales son muestras de cómo se infunde el odio sin ninguna razón, llegando hasta el punto que muchas personas han empezado a utilizar la lamentable muerte de un nicaragüense en las garras de un perro Rottweiler acaecida en el 2006 como consigna para luchar contra “la amenaza nica”. Incluso un telenoticiero forró todo su set de banderas tricolores de un día para otro. Este nacionalismo ha despertado un sentimiento bélico en la población costarricense sin precedentes, muchos grupos han manifestado su deseo por “irle a volar balas a los nicas” o incluso a convocar un referéndum para la creación de un ejército. “Hay que ver qué pasa con esos malditos nicas” he escuchado decir en la calle, como si ahora no fuéramos tan pacíficos como la mayoría del mundo piensa.

El conflicto ha llegado a parecer un espectáculo de burdel. El canciller nicaragüense llamando a Costa Rica el “imperio costarricense”, Ortega amenazando con salirse de la OEA, grupos costarricenses apoderándose del discurso de “Juanito” Mora para salir a las armas; todo indica que ambos países tenían la necesidad de iniciar una situación bélica. El punto cúspide de esta “comedia” llegó con la petición de Laura Chinchilla a Canadá de ayuda militar. Esta petición no es fortuita, sólo tenemos que recordar que la empresa a cargo de Crucitas es canadiense; con una situación tan volátil cómo la que se está viviendo con el tema de la minería, le resultaría muy provechoso a Chinchilla tener un ejército canadiense que pudiera “matar dos pájaros de un tiro”.

La discrepancia entre Costa Rica y Nicaragua se ha convertido en un juego político sin precedentes. El gobierno de Ortega y el de Chinchilla están utilizando esta situación como una “cortina de humo” (en propias palabras de Pastora) para ocultar su intereses. La actitud bélica que han adoptado los pueblos nicaragüense y costarricense resulta preocupante, una guerra es lo que menos le serviría a las dos naciones, ojalá todo esto se quede en las redes sociales y no pase a más. Lo que sí es verdaderamente lamentable es cómo el terrible suceso entre el perro Rottweiler y el nicaragüense Natividad Canda quedó en la mente de los costarricenses y ahora sale a relucir en burlas hacia el país vecino. Espero que todo se resuelva de una manera diplomática y que los gobernantes empiecen a entender que no se debe propiciar un conflicto para lograr sus intereses.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Fumar o no fumar: esa es la cuestión


Cada día que abrimos un periódico nos encontramos algún titular relacionado con drogas. El Narcotráfico se ha convertido en un importante tópico que los diarios le dedican espacios sensacionalistas llenos de sangre que parecen sacado de un película gore. En todos sus mensajes, la presidenta (si es que podemos usar el género femenino en “ella”) de este país hace énfasis en el gran problema del tráfico de sustancias ilegales. Esto responde a una realidad que no debe ser ignorada, el trasiego de drogas está produciendo olas de violencia nunca antes vistas en las sociedades latinoamericanas, miles de personas mueren cada año por eventos relacionados a este peligroso negocio. El estado de California en Estados Unidos se tomó un gran paso relacionado con este tema: organizó un referéndum para legalizar la marihuana: sería el primer lugar en todo el mundo en permitir el uso de esta hierba para usos recreativos. Esto nos plantea el repensar todos los conceptos que teníamos acerca de las drogas hasta el momento, ¿Qué es una droga? ¿No lo son las aspirinas que consumimos cuando tenemos un resfriado?, ¿Por qué las drogas son prohibidas? ¿Será más bien la prohibición lo que genera tanta violencia? ¿Será la prohibición de las drogas uno de los negocios que más generan dinero en el mundo?, ¿La legalización del consumo de alcohol en los años 30 en Estados Unidos no acabó con una época llena de muertes relacionadas con el tráfico de este? Quizás las políticas que han implementado los gobiernos para luchar contra las drogas no fueron la mejor opción para acabar con el “problema”.

La marihuana o Cannabis sativa es una hierba con propiedades psicoactivas. Su prohibición se dio bajo extrañas circunstancias y se mantiene hasta hoy. Su legalización tal vez pueda llegar a acabar con todo lo que implica su tráfico porque a pesar de ser una sustancia “ilegal”, su consumo ha aumentado en los últimos años. La decisión de fumar marihuana debe de ser personal y debe darse en condiciones de respeto y educación, no bajo mitos sin ningún sustento científico. Es importante acabar con todas esas falsas creencias que se tienen hacia la marihuana, sólo así se podrá abrir el espacio para la discusión de la legalización de esta hierba. Este tema ha dividido a diferentes sectores de la población en dos bandos: los que apoyan la legalización y lo que promueven su prohibición.

Los que proponen la legalización defienden que la marihuana no siempre fue ilegal. El cultivo de marihuana fue en algún momento uno de los mayores cultivos del mundo. Al referirnos al género cannabis, nos referimos también al cáñamo, “la fibra suave más gruesa, durable y natural del planeta” (The Union, 2007). La primera ley referente a la marihuana se promulgó en los Estados Unidos en 1619, esta ordenaba a los granjeros a cultivar cáñamo. Esta ley fue tan provechosa que Benjamin Franklin la utilizaría para comenzar unos de los primeros molinos de papel estadounidenses; llegando al punto que “las dos primeras copias de la Declaración de Independencia fueron escritas sobre papel de cáñamo de cannabis” (The Union, 2007). A principios del siglo XX, empezaría un campaña en Estados Unidos propiciada por los medios de comunicación amarillistas que acusaban a los negros y a los mexicanos de ser violentos por fumar marihuana. Esto llevaría a que en 1937 se creara una ley tributaria que incluía todas las formas de cannabis: para cultivar marihuana se necesitaría de un sello federal y este no se le otorgaba a nadie. Sin embargo, el uso del cáñamo no se olvido; en 1938, la revista Popular Mechanics afirmó que el cáñamo podía llegar a producir más de 5000 productos textiles con su fibra y más de 25000 de su celulosa (The Union, 2007). En 1948, el congreso estadounidense derogaría una ley que prohibía la marihuana porque consideraba que al fumarla las personas se volvían “pacifistas” y esto sería un arma para los comunistas. La prohibición sigue vigente hasta nuestros días y ha sido blanco de muchas críticas porque el consumo no ha disminuido, de hecho “se estima que más de 50 millones de personas fuman marihuana” (Rosenthal, citado en The Union, 2007). Para el Dr. Perry Kendall, oficial de salud provincial de British Columbia, la legalización o penalización de la marihuana “no afecta los índices de consumo de cannabis” (citado en The Union, 2007).

Con las estadísticas de su lado, los defensores de la legalización defienden también el aspecto médico. En 1974 se realizó un famoso estudio acerca de la marihuana: el Estudio Heath/Tulane. Este llegó a la conclusión que, basado en experimentos hechos en monos, la marihuana mataba neuronas; este resultado se convertiría en la base para todas las políticas antidrogas del mundo. Sin embargo, el método que se utilizó fue el de bombardear a los monos 63 cigarros de marihuana colombiana a través de una máscara de gas durante cinco minutos por tres meses (The Union, 2007). Sin posibilidad de oxígeno, era inevitable la muerte de neuronas. En el 2005 un estudio de la Universidad de Saskatchewan afirmó que el consumo de marihuana puede estimular el crecimiento de neuronas (The Union, 2007). Otro estudio realizado por el Dr. Donald Trashkin de la UCLA, decía que el humo de la marihuana no causaba cáncer, en contraste con el del tabaco (The Union, 2007). Con estudios que respaldan que la marihuana no tiene ningún efecto nocivo en el cuerpo, los simpatizantes de la legalización afirman que no hay ningún motivo para seguir políticas que se basan en estudios poco serios.

Muchas personas han afirmado que la prohibición de la marihuana hace que su trasiego se haga más lucrativo; así lo sostiene Eduardo Galeano, quien sostiene que “la prohibición estimula la demanda y hace florecer las ganancias” (1999, p.129).Es por esto que se ha propuesto que con la legalización se podrán cobrar impuestos a la venta de marihuana “podría invertirse en educación y tratamiento de la dependencia” (Greenwald, citado por Ross, 2010, p.20). Otro punto de la prohibición muy criticado es la penalización del consumo, esto hace que las personas que consumen marihuana se conviertan en criminales. Al ser castigadas por el consumo de la hierba, las personas serán delincuentes que tendrán que pagar por su “delito” en la cárcel y de alguna otra forma; esto traerá consigo numerosos problemas sociales. “No es en los márgenes, y por un efecto de destierros sucesivos como nace la criminalidad, sino gracias a inserciones cada vez más insistentes, por una acumulación de coerciones disciplinarias” (Foucault, 1975/2002, p.308). El trato que están ejerciendo las autoridades hacia las drogas no es el más efectivo, “un problema de salud se ha ido convirtiendo, así, en un problema de seguridad pública, que no reconoce fronteras” (Galeano, 1999, p.131). Es por esto que muchos proponen la legalización como la salida a todos los problemas que ha ocasionado el narcotráfico.

Del otro lado, se encuentran las personas que apoyan la prohibición, estos son sectores conservadores que han jugado un papel muy importante en el tema. Los detractores sienten que la legalización no ayudaría a un cambio económico sustancial para tomar esta medida, sostienen que “los ingresos mexicanos del contrabando de marihuana apenas constituyen entre el 15% y el 26% del total” (Ross, 2010, p.22), lo que significaría que el tráfico de drogas ilegales no ser vería seriamente afectado. Por ejemplo, en el caso de California, la legalización de la marihuana “apenas significaría una pérdida de 2% a 4% para los carteles mexicanos” (Ross, 2010, p.22). Por esta razón, argumentan muchos, la legalización no sería tan efectiva como muchos la ven.

Otro aspecto que los simpatizantes con la prohibición recalcan es el número de casos de adicción que pueda aumentar, por lo que “los gastos de los programas de abuso de sustancias se dispararían” (Ross, 2010, p.22) y significaría un gran gasto para el Gobierno. También los detractores señalan que la legalización puede abrir el espacio al tráfico de otras drogas; por ejemplo, Steven Molina, estudiante de Comunicación Colectiva en la Universidad de Costa Rica, siente preocupación por la posibilidad que se camufle el tráfico de otras drogas con el de la marihuana si se aprobara una legalización. Otra preocupación que ha surgido es la relacionada con el aspecto de seguridad vial, muchos críticos han apuntado que “el uso recreativo de la marihuana aumentará las fatalidades y los heridos en accidentes automovilísticos” (Ross, 2010, p.22). Los detractores de la legalización de la marihuana insisten en que esta atentaría contra las políticas antidrogas que los gobiernos han venido
implementando y que llevaría a un retroceso en la materia de drogas.

La discusión por la legalización de la marihuana continuará por largo tiempo. El gane de la no legalización en el referéndum de California hecho el martes 2 de noviembre muestra como falta mucho camino para abrir un verdadero espacio de diálogo acerca del tema. Aunque muchos criticaron la campaña basada en el miedo que se dio en el estado californiano, la corta diferencia en el resultado (56% para el No y un 44% para el Sí) marca dos sectores de la población divididos. Mientras tanto, los propulsores de la legalización seguirán luchando para que algún día se cumpla su meta.

El Narcotráfico representa una seria amenaza para cualquier sociedad, es por esto que se debe buscar una solución integral que satisfaga las necesidades de todas las personas. Llegó la hora de repensar el modo en que debe ser tratado el consumo de drogas. La legalización de la marihuana es tan sólo una propuesta alternativa que pretende acabar con la violencia generada por el tráfico de drogas. La despenalización del consumo de drogas en países como Portugal ha traído grandes beneficios a estas naciones, en este país europeo “el consumo de drogas en muchas categorías ha disminuido en términos absolutos, incluyendo para grupos demográficos importantes, como el de personas entre 15 y 19 años” (Greenwald, 2010, p.27 A). El caso de Portugal demuestra que las medidas alternativas funcionan. El consumo de la marihuana debería ser una elección personal que se dé sin ningún tipo de presión, pero esto sólo será posible cuando se abran espacios de diálogo y discusión que eduquen a los diferentes sectores de la población.

martes, 2 de noviembre de 2010

Suprema tentación para Ella


¿Cuánto daría tu dios por tu alma? ¿Cuál es tu precio? Dímelo. Yo te lo pagaré doble. Deja toda tu vida atrás, no importa, te invito a conocer mundos que sólo conocerás a través de mí, que sólo los sentirás gracias a mí. Olvida todo lo que sabes, ahora seré tu profesor: aprenderás a gritar de alegría, a sólo hacer lo que quieras, a retorcerte de amor. No te prometo la felicidad, pero sí el placer. Elevaras todos tus instintos hasta que explotes de orgasmos insoportables, volverás a conocerte a través de mi tacto, de mi cuerpo. Te daré un gramo de eternidad para que lo inhales, los disfrutes, lo sufras; sentirás todo el universo en tu ser, te sentirás poderosa, capaz de orquestar tormentas que destruyan pueblos enteros. Sólo advierto que te volverás adicta, no lo puedo ocultar. Tu inconsciente se librará de su yugo y será libre, tu corazón se convertirá en un océano indomable con fieras aullando de pasión. Te invito a unirte con mi alma, a fusionarnos para ser uno solo, para ser infinitos, para reír y llorar, para gemir en la cama del sol, para ser alfa y omega. Te juro que serás mi universo, mi diosa, mi musa; te rendiré culto en el altar de tu cuerpo, tus ojos se volverán mi brújula, mi música será tu aliento de ritmo perfecto. Tu aroma se convertirá en mi hostia, mi ayahuasca. Exhala por última vez y sumérgete en mí; te ruego que disfrutes esta suprema tentación. Firma este pacto, mi oferta es única e irrevocable, encontrarás en él todo lo que deseas, nunca te arrepentirás, fírmalo con el tibio ardor de un beso. Véndeme tu alma y nunca vuelvas a mirar atrás.

jueves, 21 de octubre de 2010

Fuegos extintos


“Allá en el fondo está la muerte, pero no tenga miedo.”- Julio Cortázar

Ese día el sol se negó a salir. Las alarmas de los relojes sonaron su espantoso alarido como era habitual, el agua de las duchas caía sobre cuerpos inertes que se preparaban para ir a trabajar o al colegio; fue hasta la hora del desayuno cuando toda la ciudad se percató de la notable ausencia. Nadie supo si fue por pura rebeldía o porque había caducado su contrato, pero simplemente el preciado astro desapareció.

Las luces huérfanas de las calles le daban a la ciudad un tono dantesco, iluminaban el rápido pasar de algunos peatones que se habían aventurado a caminar ese día como luciérnagas que claman por una pronta muerte. El virus de la penumbra infectaba cada rincón del circo urbano; sin ninguna vacuna que lo amenazara, corría libre por las alcantarillas contagiándolo todo. Aquel ambiente primigenio infundía horror y ansiedad: era como si el inconsciente de la sociedad surgiera súbitamente sin ninguna barrera. Los borrachos de los parques fueron los únicos que disfrutaron este incidente: con ayuda de unos cuantos litros de vodka despegaron al espacio sideral a buscar al sol.

Nadie trabajó ese día. Los telenoticieros empezaron a dedicar todo su espacio al tema y sucedió lo inimaginable: se omitieron los anuncios comerciales para seguir cubriendo el evento. Unos científicos del Centro de Ciencias Nacionales se arrancaban el pelo porque no entendían el fenómeno: nunca nadie hubiera apostado que esto ocurriría. El puntual discurso de la presidenta no tardó mucho en aparecer: ella proclamaba que el pueblo no debía de dejar de trabajar; que de lo contrario, el país se hundiría en una seria crisis. Por primera vez en la historia, nadie la escuchó. El sólo hecho de salir de la casa y encontrar un cielo vacío parecía sacado de una olvidada película de Kubrick.

Sin sol, el mundo estaba condenado. Los gobiernos empezaron a preparar fuertes continentes militares para prepararse ante lo que vendría: la histeria colectiva. Era cuestión de horas para que las personas se empezaran a percatar de lo difícil que sería sobrevivir de ahora en adelante. La caja de Pandora se había abierto, era cierto; sin embargo, los altos funcionarios olvidaban que en el mundo hay más pobres que balas.

Al otro lado del hemisferio, el pequeño Alfonso Silva dormía. Se despertó sobresaltado y observó la oscuridad del cielo desde la ventana de su cuarto. Sintió la gran inmensidad de la noche, la siniestra luz de la estrellas, el dulce aroma del infinito. Se volvió a dormir. Se durmió sin saber que esa noche nunca acabaría.

viernes, 15 de octubre de 2010

Instrucciones para debatir con un cristiano


Resulta un importante menester de la vida estar preparado para enfrentarse con un cristiano. Por si no los conocen, los cristianos son seres pequeñitos que andan caminando por la calle casi desapercibidos, generalmente habitan en cuevas y pueden llegar a ser muy agresivos; ellos siguen una ideología que puede resultar un poco confusa para algunos pero esto no impide que la lleguen a defender con su propia vida. Algunos llevan colgado del cuello un collar con un singular amuleto, su forma es de cruz, esto se debe a que siguen las enseñanzas dictadas por un tipo rebelde (lo más probable es que haya sido comunista) que, según dicen, vivió en Galilea hace un tiempo atrás. Este hombre era hijo de Dios, una deidad muy similar a un niño malcriado de 3 años. Los cristianos se congregan cada cierto periodo de tiempo en una “iglesia”; una “iglesia” es un edificio donde los participantes se sientan a escuchar los gritos que prolifera un miembro del grupo conocido como “sacerdote” o “pastor” (existen diversas formas de llamar a este miembro). El sacerdote/pastor será el encargado de conducir un rito que termina, generalmente, con la ingesta de un pan blanco en forma de testículo o con una canción estridente (los resultados varían según los diferentes grupos). Los cristianos llaman a su movimiento “religión”; este concepto, del tiempo de nuestros abuelos, era usado para denominar a un grupo de adolescentes consumidores de alucinógenos.

Me di la labor de escribir este manual debido a que, hace unos días, me encontré debatiendo con una persona de esta secta. Me pareció un encuentro muy divertido, no lo puedo negar, pero este tipo de enfrentamientos pueden llegar a acabar en una situación desastrosa si no se está preparado. Por eso propongo estudiar más a fondo las características de estos individuos para analizar cómo se debe actuar cuando se nos presentan estas situaciones.

El cristiano es un ser extremadamente prejuicioso, todo lo que no conoce lo condenará sin piedad. Estos individuos creen que después de la muerte vamos a un lugar de acuerdo a las acciones de nuestra vida pasada: el cielo o el infierno. Para ir al cielo, dicen ellos, se debe sufrir en la vida, no hacer nada divertido y no pensar mucho; los que no hagan esto se irán al infierno, un tipo de sauna gigante (no he entendido estos conceptos muy bien, por eso le ruego a mi ilustre lector que me disculpe). A esto se le suma una ecuación muy difícil de entender: PARA IR AL CIELO SE TIENE QUE CREER EN ÉL, EL QUE NO LO HACE SE IRÁ AL INFIERNO. Reitero que esto es muy confuso. Todo esto se basa en un libro que llaman “La Biblia”, su mitología afirma que fue escrito por el mismo Creador del mundo; sin embargo, dudo mucho que Dios tenga faltas ortográficas.

Se debe considerar una extraña contradicción en la que la mayoría de estor seres viven: piensan que el éxito económico se encuentra asociado con una bendición divina. Esto no es acorde con el status de pobreza que tenía el fundador de este grupo. Creen, además, que la humanidad es esclava de Dios ya que Él nos compró: "Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo" (1 Corintios 6:20).Por esto los hombres y la mujeres deben pagar esa deuda toda su vida. No sabría decir cuál fue la suma por la que Dios compró la humanidad, pero parece que fue grande debido al gran fervor que tienen los cristianos por esto. Sé que esto resulta fascinante y, a la vez, difícil de creer, no vayan a pensar que es una historia de fantasía para dormir a un niño; los invito a buscar un cristiano en la calle, aveces resulta una difícil tarea debido a que no les agrada mucho la luz del día, por lo que casi siempre salen de sus madrigueras por las noches.

Debo advertir que esta parte del manual es la más enigmática de todas. Lo que escribiré a continuación no es sino la transcripción de observaciones que realicé por un año en una colonia cristiana: el cristiano odia el placer, lo asocia con el mal. Por muy increíble que parezca esto, estas personas sienten un inusual remordimiento cuando están felices, creen que es algo llamado “pecado”. Basado en lo que observé, para ellos casi todo en la vida es pecado, una curiosa necesidad de sentirse mal siempre; lo podría definir como un acto que, sin ninguna razón, es considerado malévolo por las autoridades de esta secta. Es por esto que los “pecados” son seriamente censurados cuando alguien comete alguno.

A la hora de debatir con un cristiano, se debe tener en cuenta que este siempre utilizara la “fe”. La “fe” es como un truco de magia, hace que esa persona tenga razón en todo lo que diga y es un principio ordenador del mundo. Me voy a explicar: la “fe” será la explicación que el cristiano le dará a la cosas imposibles, inexistentes o que no comprende. Por eso se debe estar preparado; esto hará que la discusión resulte obstinada y los inexpertos terminaran dejándola.

Otro aspecto muy importante que nunca se debe olvidar es el complejo de superioridad cristiano. Estas personas siempre se creerán mejores que sus interlocutores, por lo que no es raro que terminen enviando a toda la humanidad al infierno cuando escuchan una idea que no comparten. Se debe ser cauteloso ya que en este momento de la discusión, se creara la ilusión de que se está perdiendo el control.

La discusión con un cristiano tendrá cuatro fases que se explicarán a continuación:
1.La bienvenida: al escuchar ideas u opiniones que no comparte, el cristiano empezará a debatir, utilizará el concepto de fe.
2.La piedra: el cristiano sacará a la luz su complejo de superioridad, empezará a condenar a quien lo discute. Para este momento, la otra persona no habrá podido exponer sus ideas.
3.La cruz invertida: es el momento crucial de la discusión, cuando la persona no-cristiana expone sus argumentos, empezará a sentir una sensación de ahogo. Casi siempre las discusiones terminan en esta etapa debido a que no se llega a comprender por qué el cristiano dice lo que dice y podría pensarse que es una broma de mal gusto.
4.El final: Por lo general el cristiano se creerá vencedor de la discusión. Se debe saber que este sentimiento es un canalizador de la insatisfacción de la vida cristiana. Lo recomendable es alejarse de él lo más rápido posible y dejarlo solo.

Las discusiones con los cristianos podrían ser consideradas deportes extremos. Lo que recomiendo es ser siempre paciente con estos seres. Conociendo lo que es un cristiano, nos daremos cuenta que, muchas veces, discutir con ellos será inútil. Sólo debemos comprender que son seres inferiores sin el debido desarrollo de masa cerebral. Imaginémoslos como si fueran mascotas: sólo se les debe sonreír para que no ladren y puedan mover su cola. Quiero resaltar que debatir con esta clase de personas puede resultar muy jocoso, aunque en estos tiempos aveces resulte difícil encontrar cristianos.

Espero que estas instrucciones sean seguidas al pie de la letra si se llega a presentar la situación de debatir con un cristiano. Sé que es difícil de creer, pero estas personas sí existen. Nunca se debe olvidar que los cristianos son muy contagiosos; por eso después de una discusión es obligatorio tomar un baño de agua caliente para eliminar los gérmenes y las bacterias.

domingo, 3 de octubre de 2010

El vals de Mefisto


“A mi juicio, no hay cosa más digna de compasión en este mundo que la incapacidad de la mente humana para poner en relación su contenido.”- H.P. Lovecraft.

El sonido de la puerta cerrándose dejó un eco que se negaba a morir. Me tomó por sorpresa cuando ella entró; en estos días la policía se encargaba de los vicios de las calles, mi negocio parecía acabarse hasta que su visita le dio un último respiro. Su cabello rubio, sus ojos de fuego, sus labios de almendra, su sombra; todo me recordaba la bella y prohibida manzana que alguna vez ultrajó el paraíso: pero todos tenemos algo de serpiente.

Su voz provocaba inocentes torbellinos con el humo de mi cigarro, parecía que tomaban formas ancestrales, conspirando con el destino; yo nada más escuchaba. Su caso era singular; sin embargo, me recordaba el sentimiento de adrenalina que sólo un matrimonio fallido puede tener. La tenue luz de mi escritorio hacía que la señora Johnson se viera más grande de lo que era, como esas musas ya olvidadas por las copas de whiskey de algún bar.

Scarlett (insistió que la llamara por su nombre, no me pude negar) había encontrado a su marido mutilado en su biblioteca, encima de un pentagrama invertido dibujado sobre el suelo. La policía había atribuido el suceso a una crisis depresiva, pero no lo era. Ella lo sabía, lo sentía, casi que podía escuchar los alaridos de su esposo al ser asesinado; ella lo sabía.

Sus lágrimas brotaban de sus ojos como océanos que no soportaban tener dueño y parecía que danzaban con el viento al convertirse en una masa salobre en sus mejillas. El señor Johnson había sido víctima de algún extraño culto, era indudable, pero nadie lograba comprender cómo habían entrado a un lujoso barrio de Los Ángeles; esto sucede cuando sueltan a los locos y a los ricos. Ella me insistía en resolver el caso. No podía prometerlo pero le juré hacerlo; es curioso todo lo que uno hace con vino en la sangre y una mujer al frente.

El reloj destronó el silencio que intentó someter la habitación después de que Scarlett se fue. Sabía dónde empezar: los rumores decían que en el Mefisto’s Bar se reunían la clase de lunáticos que podían cometer tal crimen. Tomé mi chaqueta y mis llaves del carro, apagué mi cigarro y me fui… de vuelta a la cazaría.

No dejaría de recordar el perfume de Scarlett, su olor incendiaba mi olfato y no lo dejaba percibir otra cosa. Tenía que atrapar al bastardo que cometió el atroz crimen para luego realizar mi plan. Un detective no hace nada gratis.

La luz del semáforo. La sonrisa de la noche. Un acelerador enseñándole a un alma cómo vivir.

El aspecto del Mefisto’s Bar me recordaba una película de Béla Lugosi, de esas que se robaban nuestros sueños cuando éramos niños y los reemplazaban por frías pesadillas. No sé cómo acabara esto pero escucho un vals en mi cabeza. Un vals que marca la necesidad de una viuda y de un viejo detective.

jueves, 23 de septiembre de 2010

La luz de la oscuridad: en defensa de la vida de Aleister Crowley


Nuestra sociedad se ha encargado de clasificar las diferentes manifestaciones humanas de acuerdo a una norma que pretende “mantener” el bien colectivo. Sin embargo, esta clasificación ha hecho caer a quienes no siguen este conjunto de normas en una espantosa marginalidad. El Ocultismo ha sido rechazado por muchos siglos, ha sido tachado de ser una práctica oscura que “atenta” contra las “leyes de Dios”; la creencia popular nos dice que las prácticas ocultistas son ritos paganos, aquelarres, sacrificios humanos, un sin número de especulaciones sin ninguna clase de fundamento. Tomando en cuenta la razón normalizadora que ha impregnado a las sociedades humanas a lo largo de la historia, el Ocultismo se podría definir como toda aquella manifestación tanto científica como religiosa que no se adapta a los estándares impuestos por una sociedad. Al estudiar las primeras manifestaciones científicas de la humanidad podemos darnos cuenta que son de índole ocultista El Ocultismo sobrevivió a todas las ideas de la Edad Media, y llegó a influir en los trabajos de muchos científicos del siglo XIX y XX. Se podría afirmar que las prácticas “ocultas” (aunque sabemos que no deberían ser llamadas de tal modo) han acompañado a la humanidad a lo largo de su historia.

Es dentro del marco de lo oculto que aparece una figura emblemática y misteriosa, un hombre considerado por unos como un santo y por otros como “el hombre más maligno del mundo” (Freedland, 1973). Aleister Crowley fue un intenso practicante de las “artes ocultas”, su vida la dedicó a escribir ensayos, teorías y poesías acerca de lo oculto, incursionó en el campo de la magia y estuvo involucrado en numerosas asociaciones de tipo masónicas. Crowley es una figura fundamental en el desarrollo del Ocultismo en el siglo XX: sus ideas fundaron toda una nueva escuela ocultista que perdura hasta el día de hoy. El legado del mal llamado “Mago Negro” ha sido insultado muchas veces debido a la incomprensión completa del mensaje que Crowley quiso divulgar. Aleister Crowley pasó su vida intentando unir la ciencia con la religión, cosa que muchos han considerado una tarea imposible.

El 12 de octubre de 1875 nació Edward Alexander Crowley, hijo de una acaudala pareja perteneciente a la comunidad cristiana “Los Hermanos de Plymouth”. Su padre había sido el dueño de una cervecería que la vendió para poder apoyar a su ministerio en obras de caridad; su madre fue una devota exigente que intentó disciplinar a su hijo de acuerdo a los estrictos valores de la moral cristiana. El niño Aleister desde pequeño empezó a dar señales de rebeldía, una vez quemó y despellejó vivo un gato sólo para demostrarle a su madre que estos animales no tenían nueve vidas. “Fue su madre quién comenzó a llamar al adolescente Aleister la Gran Bestia 666, por el monstruo blasfemo en el libro bíblico de la Revelación (13:1-6). Su desagrado se debía a la irreverencia religiosa precoz de Aleister y también a su propensión de acostarse con las criadas” (Freedland, 1973, p. 151).

Crowley empezaría su viaje hacia las artes ocultas al terminar la universidad. Él fue iniciado en la Orden de la Aurora Dorada, una sociedad inglesa oculta que había tenido por miembros reconocidos poetas y escritores como William Butler Yeats y Algernon Blackwood (Freedland, 1973). Allí Crowley trataría de tomar la dirección de la orden pero entraría en duelo con su líder S.L MacGregor Mathers. Al ser expulsado, Crowley seguiría su camino al fundar su propia sociedad, la Argentinum Astrum, para luego dirigir la orden alemana mágica sexual Ordo Templi Orientis. Sin embargo, el hecho más importante de la vida de Crowley fue su presunto contacto con un antiguo sacerdote egipcio; esto sucedió cuando estaba en El Cairo con su esposa Rose Kelly, ella sería poseída por la fuerza sobrenatural de Aiwass, quien le dictaría “El Libro de la Ley”, un manual que sería la guía para la nueva humanidad. De este libro se desprende la frase clave en la vida de Crowley: “No hay ley más allá de Haz lo que tú quieras” (Crowley, 1904/1998, p. 20).

Aleister Crowley continuaría su vida viajando alrededor del mundo. Iría a la India y a México para aprender viejas creencias ancestrales autóctonas de esos lugares. Seguiría escribiendo ensayos acerca de la magia y el Tarot, novelas con trasfondos ocultistas y libros de poemas. Moriría el 1 de diciembre de 1947 en un hospital siendo un adicto a la heroína. Diferentes fuentes difieren de cuáles fueron sus últimas palabras, se dice que dijo “Estoy perplejo” y también “a veces me odio a mí mismo”. Crowley dejaría así un legado difícil de superar.

Aleister Crowley era un mago; él trabajó esforzadamente en rituales y obras de índole mágica toda su vida. La magia, como actividad, siempre ha estado presente en toda la historia de la humanidad, “desde la prehistoria encontramos rastros de la actividad mágica, siendo notable el hecho de que la ciencia ha justamente fijado el momento de la aparición de la especie a partir del hallazgo de restos de ceremonias mágicas” (Fantoni, 1974, p. 13). También agrega Fauguet (citado en Fantoni, 1974, p. 13) que “el ser humano siempre ha tenido la vocación de creer en algo que no está probado, (…) siente la necesidad de aceptar alguna cosa en la que no se puede creer más que creyendo”. La actividad mágica debe comprenderse como una visión, un modo de pensamiento que tiene como objetivo la unión con el universo para lograr experimentar el poder de una fuerza espiritual externa que eleve la espiritualidad interior del individuo y con esto, controlar el mundo físico mediante acciones espirituales. Este tipo de actividad marcó el esquema conceptual que Crowley trataría de desarrollar en sus obras.

Los trabajos de Crowley fueron tachados innumerables veces de ser “satánicos”; incluso se decía que él era un mago negro. Esto contrasta con el hecho de que el Satanismo como religión se fundó hasta 1966 por Anton Szandor La Vey. Sin embargo, el satanismo no es, como se cree, un conjunto de rituales de adoración al diablo sino una religión que busca la satisfacción plena de los placeres carnales. El propio La Vey (citado en Freedland, 1973, p. 160) dice que “el satanismo es la adoración de la existencia, no una versión hipócrita, blanqueada de la vida, sino la existencia como es realmente, interesada en la satisfacción más amplia del ego en este plano de vida”. De hecho el satanismo no dicta una creencia en un dios, la mayoría de sus miembros son agnósticos o ateos. Crowley siempre negó toda relación con el satanismo y la magia negra, sobre esto él respondió:
“La magia negra no es un mito. Esta es una forma de magia totalmente no científica y emocional, pero obtiene resultados de una naturaleza temporalmente extrema. (…) Para practicar magia negra tienes que violar cada principio de la ciencia, decencia, e inteligencia. (…)He sido acusado de ser un "mago negro." No fueron hechas declaraciones más tontas acerca de mí. Yo (…) puedo difícilmente creer en la existencia de gente tan degradada e idiota como para practicarla”. (The Worst Man in the World, 1933)

Aleister Crowley siempre ejerció una enorme influencia en la cultura popular. Ejemplo de esto es que Winston Churchill lo llamó para que lo aconsejara durante la Segunda Guerra Mundial. Crowley siempre fue criticado, incluso después de su muerte, por el estrafalario modo de vida que llevaba: su defensa al consumo de fármacos y drogas y su promiscuidad sexual fueron puntos relevantes de sus detractores. Israel Regardie (citado en Freedland, 1973, p. 150), quien alguna vez fue discípulo de Crowley, afirmó que su antiguo maestro “fue ciertamente un hombre muy difícil de tratar, pero nada como el monstruo de maldad y depravación que presentó la prensa de albañal de su tiempo. Si tuviera que describirlo en una sola frase, diría que fue un hippie victoriano”. Y fue exactamente por estas características que la influencia de Crowley retomó fuerza en la década de los sesentas, The Beatles lo incluyeron en la portada de su álbum Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, el guitarrista de Led Zeppelin, Jimmy Page, lo ha citado como una gran influencia; el cineasta Kenneth Anger se basó en sus ideas para concebir sus diferentes películas y subida ha sido retrata en canciones de cantantes como Ozzy Osbourne y Bruce Dickinson. Su legado abrió camino para que la magia y el ocultismo dejaran de ser consideradas como simple folclor.

Aleister Crowley sufrió en su niñez una cruel represión por parte de los valores religiosos de sus padres. Siempre mostró un carácter inquisitivo y rebelde, demostrándolo al incursionar en el campo de la magia y el ocultismo al terminar sus años en la universidad. Sus trabajos revolucionaron los esquemas ocultistas de su época. Sus trabajos reflejaron un interés de cambiar radicalmente el pensamiento que circulaba en su época. Sus obras siempre fueron tachadas de “satánicas” o de ser “magia negra”, pero el siempre lo negó. Murió siendo un adicto a la heroína en una época donde los prejuicios acerca de su vida lo habían marginalizado enormemente. Sin embargo, en la década de los sesentas sus obras retomaron popularidad entre los círculos hippies ya que sentían una identificación con las ideas que proponía en sus libros. Llegó a influir en los trabajos musicales de grandes músico de rock como The Beatles, Jimmy Page, Ozzy Osbourne y Bruce Dickinson; como también lo hizo en los trabajos de cineastas como Kenneth Anger.

Crowley fue un hombre que quiso revelarse contra los estrictos valores victorianos de su época. Quiso experimentar nuevos caminos para encontrar una espiritualidad que resultara satisfactoria con el individuo en vez de atormentarlo con una vida llena de pecados. Su objetivo de unir la ciencia con la religión marca un nuevo ideal que se vería reflejado en las posteriores teorías de Física Cuántica; su lema, que estaría presente en su revista The Equinox, fue “el método de la Ciencia, el objetivo de la Religión” y representaría su ideal en las obras que desarrolló. Su humor, ironía y pretensiones se ven reflejadas en lo que él siempre dijo: “Estuve en lucha a muerte conmigo: Dios y Satán pelearon por mi alma aquellas tres largas horas. Dios conquisto — ahora sólo me queda una duda — ¿cuál de los dos era Dios?” (Crowley, 1898/2008, p. 3).

jueves, 16 de septiembre de 2010

Sucedáneo de libertad


-¿Es cierto que venís de un país libre?- recuerdo que me preguntaste.

¿Cómo sería capaz de quitarte esa tonta ilusión? ¿Sería acaso yo tan despiadado de arrebatar una idea tan infeliz que inunda el corazón de mis compatriotas? Tenía que hacerlo. Había huido hace mucho de esa tierra; los recuerdos habían prácticamente desaparecido pero nunca dejaría de recordar porque me fui.

-No sé que será la libertad- te dije- pero estoy seguro que de donde vengo no la hay. En mi país vivimos de acuerdo a lo que las grandes potencias nos dictan, seguimos esas disposiciones sin preguntarnos nada, sin preguntarnos por qué lo hacemos, sin preguntarnos por qué los necesitamos a ellos. Muchas personas piensan que es lo correcto pero yo difiero de ellas. Muchas personas piensan que es algo inevitable, que se debe hacer, pero yo difiero de ellas. Muchas personas me llaman “revolucionario”, “descarriado”, “comunista”, cuando digo esto pero yo difiero de ellas. Mi himno reza: “Vivan siempre el trabajo y lo Paz”, debo confesar que lo detesto. ¿Por qué es importante el trabajo? Nunca entendí como trabajar toda la vida, hasta morir, puede tener algo de paz; es una vieja historia pero gracias a esa idea del “trabajo” fuimos y seremos explotados. En mi país estamos atados a la neurosis del dinero, cruel verdad. “Sos lo que tenés”, ese es el único precepto que se sigue; no hay humanidad ni mucho menos tolerancia, eso es para perdedores. Bajo la sombra de una cruz nos han estafado. Mucho dinero se ha perdido, la inocencia de muchos niños se ha tirado al caño y mis compatriotas siguen escuchando a esos criminales, todo porque se encuentran bajo la sombra de una cruz. Mi pueblo hace alarde de ser “pacífico” pero no encuentro nada “pacífico” el hecho de que se quiera votar si un grupo minoritario merece tener derechos. Nunca he conocido la paz pero pienso que eso es odio e ignorancia. En mi país celebramos la independencia porque nos dicen que lo hagamos, no nos ponemos a pensar si de verdad somos libres, creemos todo lo que nos dicen, es por eso que huí de allí. No sé qué será libertad pero si sé que mi país se encuentra sumido en la esclavitud, y el pueblo no lo sabe. La mayoría de las personas se molestan cuando digo esto; sin embargo es lo que siento.

Me miraste con esa sonrisa infinita y me besaste. Ese fue el único consuelo que pudo tener un exiliado costarricense que no soporta tomarse ese sucedáneo de libertad que le recetan cada 15 de septiembre.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Litio


“Me vi en medio de una selva oscura, fuera de todo camino recto.”
- Dante Alighieri


El tiempo es un ser vivo. No hay duda de ello. Cuando la lluvia cae inesperadamente, como un sigiloso invasor, se reviven esos momentos que habitan en el panteón de nuestra alma, renacen chillando de alegría, burlándose de nosotros mismos por pensar que nos habíamos librado de ellos para siempre. Los años habían esculpido esa casa con un depredador cincel, parecía un lugar en donde nunca había vivido, donde mis hijos no le habían gritado al vacío sus primeros llantos, donde mis nietos no habían reído hasta agotar sus reservas de lágrimas; ahora sólo quedaba una casa de dos pisos que se desnudaba ante el lóbrego sonido de la calle.

No podía olvidar aquella ilusión que brotaba espontáneamente cuando abría la puerta principal: parecía que el espacio era mutilado para abrirle campo a un gran salón, esta sensación fue la razón por la que nunca dejé de creer en hadas. Las dos salas contiguas al gran salón me zambulleron en los recuerdos de viejas fiestas donde el champán se colaba en nuestra sangre y nos entretenía con sus viejas pero usuales travesuras; sin embargo, me resultaba exasperante el color sepia de los fotogramas de la memoria. La reptil escalera me volvió a conducir a los cuartos donde mis hijos se habían entregado intempestivamente a Morfeo, todavía lograba percibir aquellos aromas de inocencia, flores que se habían eclipsado con la roja luna de agosto para no volver a aparecer. Definitivamente el olvido es un destructor de mundos que puede apagar mil soles. Aquella selva fue tragándose sus psicotrópicas nieblas para conducirme a un templo, a un altar: volví a descubrir la habitación que compartí por cuarenta y dos años con mi esposa. Las paredes no habían perdido la cálida palidez, sus dimensiones casi pitagóricas me recordaban una caja de pandora que había disfrutado sin remordimientos, nunca había tenido vergüenza y ese instante lo disfrutaría como se disfruta un orgasmo: con eternidad. Aquellas sensaciones de vanguardia volvieron a renacer. Súbitamente como un fénix.

Bajé las escaleras deslizándome de la misma manera que un pulpo lo hace con su presa. Pasé por aquel comedor donde cada navidad toda la familia llegaba a cenar; ya no recuerdo qué se celebraba en navidad pero daría todo lo que tengo para volver a celebrarla como en los viejos tiempos. Los fantasmas hechos con olores de estofados me excitaron el olfato cuando entré a la cocina: el recorrido empezaba a convertirse en una tortura, de esas que uno en el fondo disfruta. Y llegué al último cuarto de la casa, un pequeño sitio lleno de colores, colores que habían sido pintados por el pincel que mi nieto primogénito alguna vez blandió como un quijotesco caballero sobre lienzos perdidos en las costas olvidadas de la conciencia. Volví a ver cierta luz crepuscular que danzaba sobre los restos de una ventana, esos vidrios rotos sólo eran señales de aquello que no volvería jamás. Tenía que continuar mi viaje. Porque resulta difícil volver a nuestra casa después de una larga ausencia, resulta difícil encarar aquello que forjó lentamente nuestro aliento, resulta difícil estar muerto. Después de todo, es lo mismo contar del uno al diez que del dos al catorce.

viernes, 27 de agosto de 2010

¿Santificado sea tu Nombre?


Basado en hechos reales


El sol se disponía a jugar otra partida de cartas con el pesado hedor que ese tercer planeta con tintes verdeazulados emitía constantemente. Esperaba que el azar lo dejara disfrutar de esos orgasmos imprevistos que sólo un pueblo extinto puede producir. Ese horrible tedio que le producía ver siempre las mismas masas planetarias moverse alrededor suyo lo había llevado a dejar de creer en un dios omnipotente y todopoderoso, se había convertido en una estrella atea de grandes dimensiones. Ese mismo día, mientras un astro intentaba perder (o ganar) tiempo, recibí una insólita visita en mi casa. Me disponía a sacar la basura cuando detecté un automóvil invasor que pretendía adueñarse del asfalto que copulaba con la entrada de hogar. Un auto último modelo mató el poco silencio citadino que quedaba para darle cabida a que su motor rugiera como un antiguo espartano, sus llantas emitieron un profundo chirrido hasta frenar en seco para que una figura saliera de sus intestinos. Un pequeño hombre de aspecto repugnante (algo tenía que me recordaba a Mussolini) puso un pie en mi jardín, miro a su alrededor como si fuera el rey del mundo y me sonrió como si debiera hacerle una reverencia. Su ropa fina y su estilo de mafioso empedernido daban la sensación de que él era un gran empresario, de esos que no dudan ni un segundo en arrasar una selva virgen por verdes beneficios, de esos que no dudan en desalojar a su propia madre por falta de pago de la mensualidad. Entró a mi casa y enseguida se dispuso a poner un cáliz, una vieja manta color púrpura y un crucifijo sobre la mesa del comedor, emitió una especie de conjuro que no entendí y cuando me pude dar cuenta, toda mi familia estaba sentada al frente de él. Sí, era un sacerdote. Termino su extraño ritual, que fue interrumpido eficazmente por los fuertes y bellos alaridos de mi primito, y se introdujo de nuevo en el sistema digestivo de aquella bestia recién comprada. No entendí porque un hombre que dice trabajar para Cristo tenía tantos lujos, ¿acaso la vida cristiana significa tener poder y dinero? ¿Por qué la gente le guardaba respeto a ese ser? ¿No deberíamos tenerle asco? Fue allí cuando entendí porque algunas personas creen en Dios: para aprovecharse de los débiles y hacerse millonarios. Espero que no vuelva a entrar un hombre de sotana a mi casa, porque tendré que pagar un exorcismo, y para los exorcismos se ocupan sacerdotes.

sábado, 21 de agosto de 2010

De la Educación y otros demonios


Costa Rica se encuentra sumergida en una sociedad que acarrea arquetipos primitivos*. El patriarcado y la intolerancia son tan sólo algunos virus que residen en los organismos de los costarricenses, produciendo una pandemia que ha ido destruyendo los ideales de antaño por los cuales se libraron numerosas luchas. El alto nivel de “idiotización” de la población les ha abierto las puertas a los políticos para que ejerzan una dictadura donde se legisla de acuerdo a los intereses de los grupos económicos más poderosos. Los códigos de ética, que deberían estar siempre presentes en la vida de cualquier comunicador, fueron vendidos al mejor postor por unos cuantos billetes, por lo que ahora los medios “informativos” parecen un burdo centro comercial donde se escogen las notas para que el público “pueda entenderlas” y lo restante parece un mercado persa. Las elecciones pasadas fueron un ejemplo de cómo se manipula las esperanzas de las personas para perpetuar la presencia de un grupo en el poder, es lamentable que nosotros seamos testigos del fracaso de la democracia. Nuestro actual gobierno siempre ha sido un precioso ejemplo de un ente que le vale un carajo el bienestar de su población, ahora lo ha demostrado al declararse enemigo de la educación superior de nuestro país: parece que no quiere velar por el derecho constitucional de la educación, que aborrece que la población empiece a pensar por sí misma y que detesta el desarrollo que puedan alcanzar las personas. ¿Por qué elegimos a un régimen fascista en nuestras elecciones?

La Educación Superior Pública costarricense representa un motor para el progreso de la población, con instituciones autónomas de alta calidad se pretende que estas alcancen un desarrollo económico óptimo para su bienestar. La excelencia académica que han tenido estos centros educativos les ha otorgado un alto prestigio a nivel mundial, ejemplo de esto es que la Universidad de Costa Rica está catalogada como la 575 mejor universidad del orbe. Para su buen funcionamiento cada universidad pública necesita de un presupuesto que satisfaga sus necesidades financieras para seguir ofreciendo alta calidad educativa y permitir que alumnos con escasos recursos económicos continúen sus estudios por medio de becas. Es por esto que existe un Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) que proviene del Producto Interno Bruto para que las universidades puedan pagarle a sus docentes, logren dar becas y mejoren su infraestructura. Sin embargo, la administración de Laura Chinchilla (Óscar Arias) ha querido reducir el presupuesto al darles a estas instituciones un crecimiento real de 4%, aumentando 4,5% los siguientes cuatro años del convenio; esto contrasta con el crecimiento del quinquenio pasado que consistía en un crecimiento real promedio del 13%. Esto significaría una importante cifra de millones que dejaría de ser utilizada para la educación. Esta propuesta tan dictatorial dejaría a un gran número de estudiantes sin becas y sin campos para ingresar a las diferentes carreras que ofrecen estos centros.

La educación resulta la herramienta más efectiva para garantizar el progreso de la población de un país. Sin embargo, Costa Rica ha dejado que sus sistemas educativos se debiliten, hasta el punto que la educación secundaria sea similar a un chiste. La Educación Superior ha superado esta despreocupación estatal y se ha convertido en sinónimo de excelencia académica. La tendencia neoliberalista que ha preponderado en las pasadas administraciones gubernamentales ha creado un sentimiento anti-universitario en el gobierno, esto se debe a que estas instituciones nunca han cayado las deficiencias de los gobierno y han puesto a la luz pública muchos planes basados en el interés privado. Resulta curioso la campaña de desprestigio que han recibido las universidades estatales de nuestro país: han creado una rica mitología que consiste en acusar a los estudiantes de “vagos”, “chancletudos”, “mentirosos”, y parece que no se dan cuenta del alto nivel de exigencia académica de estos centros y olvidan el objetivo tanto social como cultural que se defiende. Sólo para exponer un ejemplo debo recordar que en el colegio donde yo estudié (declaro un asco absoluto por ese lugar) ciertos profesores se atrevían a afirmar que en la universidad nos iban a “lavar el cerebro con muchas mentiras”; declaró que en toda mi vida universitaria ningún profesor me ha dicho algo que no esté bien fundament

Esta posición de desprestigio resulta lógica dentro de un sistema que defiende valores neoliberales. Las universidades públicas están basadas en un sistema humanista de educación que se encarga de enseñarle historia, filosofía y literatura a todo su alumnado, esto le resulta contraproducente a un gobierno que no quiere que su población piense por sí misma ni que conozca su verdadero pasado. Parece que hemos llegado a una sociedad parecida a la que describe Ray Bradbury en su obra Fahrenheit 451, en donde se condena la Filosofía, la Historia y el lenguaje, llegando a quemar todos los libros. El miedo a la intelectualidad es común entre nuestra población y es por esto que los gobernantes se ha salido con la suya sin que nadie se dé cuenta.

Resulta que los detractores del presupuesto universitario alegan que gran parte del dinero se utiliza para pagarles los salarios a los profesores y demás empleados. Los profesores de las universidades son personas con altos rangos académicos, por lo que deben recibir sustancialmente un buen salario, o llevan un largo tiempo laborando para estas instituciones por los que el salario crece. La acreditación por parte del SINAES a diversas carreras de las diferentes universidades implica que se contrate personal altamente calificado, por lo que es lógico que una buena paga garantizará su estadía. No sé porque a muchas personas les molesta que los profesores universitarios ganen bien, es importante para defender la calidad de estos centros que se contrate personal que sea el reflejo del objetivo de calidad que se desea. Los profesores universitarios son personas con un alto nivel de conocimiento que merecen una justa retribución a sus labores de investigación y educación que ejercen. Si alguien no está de acuerdo con esto, debería preguntarse si sabe tanto como estas personas.

Actualmente la Educación es vista como a un demonio que se debe exorcizar, los ideales capitalistas han cegado a nuestra sociedad, por lo que las universidades han perdido una significativa cifra de apoyo. Pero gracias a las universidades estatales nuestro país ha crecido gracias al personal de alto nivel académico que posee. Debemos inculcar una educación secundaria basada en la libertad, la tolerancia y el pensamiento crítico para, así, garantizar una precisa formación desde el colegio. Nuestro futuro depende de cómo las universidades estatales se desenvuelvan en estos años. Por eso debemos de desconfiar totalmente en un gobierno que se declara enemigo de la educación, que utiliza los medios para manipular a la población y que sólo vela por los intereses de ciertos grupitos de poder. ¿Nos vamos a quedar callados o vamos a luchar?


*Al utilizar el adjetivo primitivo pretendo hacer énfasis en lo absurdo y obsoleto que resultan algunas creencias de nuestra sociedad, así como del largo tiempo que estas llevan enfermando a nuestra población. Debo disculparme con las antiguas poblaciones que habitaron el orbe, descritas despiadadamente como "primitivas", ya que desarrollaron altos y precisos niveles cognitivos en cuanto a la percepción de mundo, razón por la cual no deberían ser llamadas así. Hago esta mención debido al malentendido que causa el utilizar este adjetivo.

sábado, 31 de julio de 2010

Satán se divierte


Es curioso que la mitología cristiana le dé un alto grado de importancia a una dicotomía que resulta incongruente e incluso innecesaria. Me refiero a aquella vieja fábula del bien y el mal. La idea de que Dios reine el universo con un payaso que le esté jodiendo su labor resulta absurda. Si tomáramos a la Biblia como un libro histórico (por suerte no lo es) sería fácil darnos cuenta que desde nuestro principio estaba el Diablo con nosotros, molestando por supuesto a merced de nuestra perdición. Recordemos que Lucifer fue un ángel que se reveló contra Dios, que lo desobedeció. El concepto de Satán (uno de sus muchos nombres) podría entenderse como “opositor”, “lo contrario”; palabra tomada de la tradición hebrea que vendría a representar en el vivir cristiano el sendero hacia la muerte. Con esto nos surge la incógnita: ¿Es Satanás un reflejo del miedo humano hacia la muerte? Pues no; se ha representado al Diablo como un portador de la “muerte eterna” pero lo que se encuentra detrás de ese concepto es algo diferente a una reacción ante el final del ciclo vital. Satán ha sido utilizado para moralizar a los hombres, su esencia es infundir miedo para que se siga la “santa doctrina” y así obtener la salvación (curioso que la salvación resulte ser un bien material), la creación de un ser que atormente a la humanidad con una eternidad de dolor ha sido patrocinada por todos aquellos interesados en obtener súbditos, nada resulta más fácil que asustar a las personas. ¿Será el Diablo el verdadero malo de la película?

La humanidad siempre ha percibido al mal dentro de sus entrañas, desde hace bastantes miles de años la esta ya ofrecía representaciones del mal dentro de sus religiones, esculturas, música y danza. Aunque todas las culturas le tienen reservado un espacio al mal, la occidental ha tomado la extraña decisión de materializarlo en una deidad omnisciente que se dedique a tentar al hombre para que peque contra su creador. El personaje de cuentos infantiles que tenían moraleja al final se convirtió en un ser “real” que lo podemos encontrar hasta en los periódicos. Y es que parece que el mal es una necesidad del hombre, lo que nos remite a la eterna pregunta de ¿El hombre nace o se hace malo? Es por esto que considero muy probable que Satán, Belial o Belzebú sea tan sólo un reflejo de la cultura occidental: una bestia con hambre de dolor.

Más allá de los orígenes de los conceptos de lo bueno y lo malo, parece que el cristianismo se ha visto en la necesidad de crear un ente sobrenatural que sea la antítesis de su deidad. Tomado de la tradición hebrea (lo que tomaríamos como plagio en nuestros días), Satanás se encuentra al mismo nivel que Dios; pensémoslo por un segundo: los dos son omnipresentes, los dos tienen súper poderes, se pasan peleando todo el tiempo, ¡esto parece sacado de una historieta de héroes de acción! Otro factor que me resulta aberrante es el hecho de que nuestro planeta sea su campo de batalla, ¿por qué simplemente no se van a otra dimensión a acabar esta pelea de infantes? Pero existe cierta pregunta que ha hecho que el cristianismo caiga en una horrible contradicción, y es: ¿Por qué Dios no elimina a esa bastardo si Él mismo lo creó? Después de todo el cristianismo, que hace tanto alarde de ser una religión monoteísta, es una religión con un amplio catálogo de dioses, ángeles, santos, vírgenes, que resulta igual a cualquier religión politeísta del orbe. ¡Y lo peor es que se creen superiores!

No debemos olvidar que Satán es un ícono de la cultura pop. Los grupos cristianos se han dedicado a buscar su presencia en todo lado de este planeta, lo encontraron dentro de la música con los inexistentes mensajes subliminales (en la escuela me ponían un video donde los “mensajes subliminales” resultaban ser tan sólo un ruido incomprensible), dentro del campo político resultó que el comunismo había sido creado afuera de las puertas del averno, parecía que Dios había creado a Adán y Eva, y Satanás a los homosexuales, hasta nuestra sexualidad fue creada por el Diablo. Lo que sucedió realmente fue que estos grupos le adjudicaron el adjetivo de “satanista” a todo aquello que no comprendían, eran tan sólo un séquito de ignorantes que no tenían nada bueno que hacer con sus vidas, por lo que se dedicaron a decirles a las personas que se irían al infierno. Resulta irónico que la Iglesia de Satán sea un grupo ateo o agnóstico que exalta las características de este personaje dentro del mito de la caída: un ángel que pensó por sí mismo y quiso rebelarse. Aunque cabe resaltar que sí existen ciertos grupos que se reúnen a realizar sacrificios rituales para que el príncipe de las tinieblas (no me refiero a Ozzy) reine este mundo. Nos resulta difícil darnos cuenta cómo le hemos dado culto al cornudo, todo esto debido a que el cristianismo prefiere recetarnos lo que dice el tipo maldito a las enseñanzas del pobre que murió crucificado.

“Satán se divierte” es una antigua película del realizador español Segundo de Chomón donde se aprecia a Lucifer haciendo trucos de magia en el infierno, y es que parece que muchas personas se han divertido con nosotros al hacernos creer que existe un ser malévolo que está detrás de nosotros para llevarnos a una vida de castigo eterno. El concepto de “Satán” es un simbolismo para representar al mal, probablemente desaparezca algún día junto con toda la mitología cristiana. Alguien me dijo un día que “la Biblia ya no se necesita porque existe Discovery Kids”, y esto resulta verdadero ya que hemos encontrado medios para educar a nuestros niños que sean amigables con su tranquilidad y que no involucren a un dios castigador capaz de explotar al mundo en su furia. Si la Iglesia Católica no hubiera invocado a Satanás para asustar a las personas probablemente no sería tan poderosa hoy en día, lo que nos remite a un concepto propio de un cuento infantil. Considero que vivimos en un infierno donde la miseria y la pobreza azotan nuestros días, donde importa más el capital que la conciencia social y donde parece que se ha perdido la esperanza, esto me recuerda a la inscripción que encuentra Dante antes de entrar al inframundo en La Divina Comedia: “Por mí se llega a la ciudad del llanto, por mía a los reinos de la eterna pena, y a los que sufren inmortal quebranto. Dictó mi autor su fallo justiciero, y me creó con su poder divino, su supremo saber y amor primero, y como no hay en mí fin ni mudanza, nada fue antes que yo sino lo eterno… Renunciad para siempre a la esperanza”. ¿Podemos escoger estar en el cielo o el infierno?

lunes, 19 de julio de 2010

Sudáfrica 2010: Fumadero de opio mundial


El pasado domingo 11 de julio el mundo se despertó con gran expectativa para descubrir quien alzaría la copa de campeón del mundo. Holanda y España disputarían una cerrada final que terminaría con el país ibérico ganando por la mínima. La Copa Mundial de la FIFA fue un fenómeno que afecto directamente a la sociedad, en cada partido se llenaban los bares para que los espectadores gritaran al ritmo de un balón, por 31 días un gran número de personas adaptó su rutina al horario de los partidos. Sin embargo, se debe notar el carácter sedante de este campeonato, las personas sólo se interesaban en los resultados de cada juego y olvidaban la crisis –tanto económica como ambiental- que está pasando nuestro planeta. Este Mundial dejó claro el gran negocio que es, la venta de entradas y mercancía alcanzan cifras millonarias, ejemplo de esto es que Disney adelantó la salida del DVD de su película “Alicia en el país de las maravillas” para que no compitiera con este titánico campeonato.

Nuestro sistema está formado por una pirámide en cuyo ápice se encuentran los empresarios que sólo buscan la ganancia a toda costa. Por esta razón pudimos observar a lo largo del campeonato cómo el sector comercial jugaba con nuestro (ahora) dormido razonamiento para hacernos caer en su trampa para ganar más dinero. Los medios de comunicación nos bombardeaban con pautas relacionadas con el mundial: todos los anuncios de supermercados tenían como elemento decorativo un balón de futbol, los restaurantes le agregaban el adjetivo “mundialista” a sus platos, toda la programación de los canales de televisión era de índole deportiva (con deportiva me refiera a SÓLO futbol), hasta llegar al punto de que una universidad de dudosa reputación incitaba al público a “hacer la mejor jugada” al escogerla como centro de formación. Sudáfrica 2010 parecía una competencia para ver quien se dejaba más ganancias, en algunos momentos parecía que los eventos deportivos pasaban a un segundo plano para que los patrocinadores del campeonato se promocionaran ante todo el globo. El Mundial (junto con el Día del Padre) fue recibido como una fiesta por los almacenes de electrodomésticos; todos ellos vendieron una cantidad de televisores impresionante para que los espectadores “pudieran ver los partidos en alta definición”, pero este descabellado ditirambo televisivo tenía intensiones más siniestras. Una muy reducida porción de la población conoce acerca del cambio de transmisión analógica al sistema digital, este es un proceso que se está realizando en todo el mundo, lo que implica que cada país debe escoger un sistema de transmisión, para esto existen cinco sistemas de transmisión digital: el americano, el europeo, el chino, el japonés y el brasileño. En Costa Rica se realizaron muchas pruebas que llevaron a la decisión de escoger el sistema brasileño de transmisión, esto se debió entre muchas razones a las características geográficas del territorio. Los televisores que se han vendido hasta el momento están adaptados al sistema americano lo que significa que para funcionar, cuando se realice el cambio en el país, tendrán que utilizar un aparato convertidor que implica un costo adicional. El Mundial fue la excusa perfecta para que estos almacenes vendieran la “basura que ya no les servía” para luego traer televisores ya adaptados al sistema escogido. Fuimos testigos de cómo los consumidores fueron estafados por estas empresas ya que nunca advertían que en un futuro se tendría que comprar otro mecanismo para que el televisor funcionara. Pareciera que el Campeonato Mundial era tan sólo una estrategia de mercadeo para que las empresas vendieran más, esa “distracción” que ocasionaba permitió dejarnos vulnerables para que se aprovecharan de nosotros.

Resulta interesante analizar el carácter de droga que presentaba este campeonato, generaba una gran adicción hacia cada juego, era necesario ver un juego todos los días. Pero lo verdaderamente nocivo no era el hecho de que generara un gran fanatismo entre la población sino que nos “idiotizara” hasta el punto de que se aprovecharan de nosotros sin darnos cuenta (como ya lo repasamos en el párrafo anterior). Esto nos demuestra la necesidad de distracción que tienen las personas; nuestro sistema no da cabida para que tengamos tiempo de dispersión ya que tenemos la etiqueta de “máquinas generadoras de dinero”, el concepto de “tiempo de ocio” se ha desnaturalizado hasta el punto de darle un significado de tiempo “perdido”, mientras que en ese tiempo podríamos realizar actividades muy productivas. Es por esto que cuando aparece un evento que brinda la oportunidad de gritar, brincar y hasta llorar, se llega a idolatrarlo, provocando una apoteosis del futbol. Parece que disfrutamos tanto de ese estado de letargo mental que cuando acabó la Copa Mundial se produjo un hueco en nuestra cotidianidad, ya que organizábamos toda nuestra agenda social con el Mundial como punto de rotación. Creo que la humanidad alcanzó un Record Guinness al pasar drogada por 31 días a causa de un campeonato deportivo que abrió la posibilidad de que nos explotaran, nos humillaran y se burlaran de nosotros.

Es lamentable observar cómo la Copa del Mundo 2010 obligó a un país como Sudáfrica a invertir sus recursos en estadios y complejos deportivos mientras que gran parte de su población muere de hambre. ¿Albergar un evento de índole mundial o dejar que se pudra la población? Considero que esta pregunta resulta cínica al sólo formularla, pero se decidió por el camino de endeudarse para que al final compañías transnacionales se lleven todo el dinero. Cuando acabó el Mundial no se sabía que iba a pasar con esas monstruosas estructuras que albergaron los juegos, fue una cruel ilusión este campeonato para el pueblo sudafricano pues no solucionará sus problemas económicos. Las sonrisas que le regalaban los niños nativos a las cámaras de televisión se esfumaran cuando la realidad les vuelva a abofetear la cara y los obligue a luchar por algo de comer. “La fe de los pobres no mueve montañas” dice Fernando Contreras, y parece que un Campeonato Mundial no puede hacer que un pueblo recobre la esperanza, como rezan los carteles publicitarios. Después de todo el premio va para los peces grandes y gordos mientras que los tiburones devoran a los pequeños e indefensos.

Es frío y cruel para los fanáticos del futbol cuando nos damos cuenta de cómo fuimos usados. El fantasma neoliberal que azota al mundo busca cualquier momento para encadenarnos y así estafarnos para luego vomitar miseria. Nuestra necesidad de buscar una droga que nos borre un planeta casi al borde del abismo encalló en un evento deportivo que robo nuestros suspiros para dejarnos indefensos ante la gran avaricia de las corporaciones (hasta Shakira sacó provecho con su horrible canción). Este enema corporativo demostró que no somos más que herramientas para incrementar la riqueza de un grupo reducido. Este Mundial fue una guerra que arrasó con la inocencia del consumidor, masacró el derecho de bienestar de un pueblo entero, mutiló la posibilidad de progreso de muchos y tuvo como ganador a las empresas que ahora intentan imponer un régimen totalitario en el planeta. ¡Hubiera sido más fácil e inofensivo fumarse un porro de marihuana!

miércoles, 7 de julio de 2010

Costa Rica: primer país de Latinoamérica en tener un McDonald's pero último en desarrollarse


Vivimos en un país donde hacemos alarde de una “paz” social y de una mayor libertad. Sin duda hemos solventado la reputación de nuestra nación en “mitologías” que ya nadie se las cree, sólo basta abrir los periódicos para darnos cuenta que esta “Suiza centroamericana” se ha convertido en una salvaje carnicería donde cada quien impone su orden a través de la violencia. “Grandes” personalidades nacionales han tenido la nobleza de echarle la culpa a la población en general, según ellos “nuestra sociedad decae gracias a la depravación del pueblo”, aunque este veredicto parece sacado del Antiguo Testamento, nos estamos enfrentando a algo que Nietzsche llamaría una confusión entre causa- efecto. La culpa sí la tiene la ciudadanía –es algo innegable- por haber elegido a esos zopilotes que tenemos por gobernantes, no hemos reflexionado el valor de nuestro voto, parece que ya no hay lugar para la criticidad y nos orgullecemos de ser víctimas de la demagogia. En los últimos días nos hemos dado cuenta del valor que le tiene nuestra presidenta (ese asqueroso cinocéfalo casado con un ser que para determinar su edad es necesario realizar una prueba de Carbono 14) a la educación, parece que quieren que los estudiantes se conviertan en robots y no razonen (¿de qué le sirve a una dictadura que la población piense), parece una burla que el propio Ministro de Educación considere la educación superior un “gasto”. Y lo mejor es que en las próximas elecciones un nuevo idiota asumirá el poder.

No es un secreto que el Partido Liberación Nacional es una empresa privada, sólo busca ganancias dentro de la ignorancia de un pueblo al que pretende “defender”. En las pasadas elecciones nos pudimos dar cuenta de los métodos tan engañosos que estas sabandijas utilizan (parece que al pueblo costarricense se le olvidó el memorándum del TLC), llegando a propiciar la elección de un títere que sólo cagará más el bienestar social. Fue preocupante cuando el gobierno quiso rebajarle el presupuesto a las universidades estatales. Debemos recordar que estos centros educativos han sido el garante de la investigación científica de nuestro país, han sido la cuna de las personas más ilustradas de nuestra nación y es el puente para que muchas personas logren desarrollar sus metas. Ahora resulta que estos centros no dejan una “ganancia” que los permita mantenerse por sí solos, ¡parece que alguien olvidó lo que estipula nuestra Constitución! Estos es, sin duda, un sueño mojado neoliberal, lo que me hace vomitar. ¿Cómo quieren que el país progrese con una población sin ninguna formación? ¿O es que prefieren el poder a buscar el bien de la colectividad? ¿Es así como van a cumplir las promesas electorales de una Costa Rica más desarrollada? Estos “jerarcas” le tienen un resentimiento a estas universidades ya que han sido las encargadas de denunciar sus fallos. Es lamentable darse cuenta de que el Estado se ha convertido en un enemigo de la educación, quieren cerrar la educación pública para que nos penetren corporaciones privadas que ofrecen una frívola formación. ¡Quieren que Costa Rica deje de ser un país y se convierta en un centro comercial!

Para dejar claras sus intenciones, el Ministerio de Educación Pública eliminó de las lecturas obligatorias de la educación secundaria “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”. Esta decisión fue tomada debido a que se consideró que era de larga extensión y “difícil de analizar”. Resulta increíble cómo no se le quiere enseñar nada a los estudiantes, el Quijote es una pieza de literatura extraordinaria que toda persona debería leer. Debemos recalcar que Don Quijote es un personaje rebelde que no se adapta al sistema, se rehusa a trabajar y decide seguir sus ideales ¿es este el ejemplo de persona que nuestro gobierno quiere que sigamos? Por supuesto que no, el gobierno de Laura Chinchilla se ha enfocado a atentar contra el potencial académico del pueblo, se eliminó un libro como “Mamita Yunai”, el cual muestra las luchas de los trabajadores de las bananeras durante los años treinta para adquirir derechos laborales ¡Qué le va a estar sirviendo a esta represiva administración que las personas defiendan sus derechos! Esta situación es similar al episodio de la quema de libros en “Don Quijote”, un órgano inquisitivo está mandando a la hoguera lo que no quiere que leamos ya que por medio de la literatura se combaten las desigualdades, se acaba con el mezquino y se defiende la libertad. ¡Deberíamos meter a todo este gabinete presidencial en una perrera a ver si dejan de ladrar!

Un país logra desarrollarse cuando su población esté bien educada, con esto se logra una verdadera operación intelectual cuando se ejerce el voto. Estamos perdiéndonos en un ciclo que parece no tener salida: los mismos bastardos son los que nos siguen gobernando. Hemos sido el basurero de las empresas privadas que han venido a nuestra tierra a hacernos tragar sus productos. Cuando “nuestra” presidenta (gran carcajada) emitió un decreto que prohibía la minería a cielo abierto, demostró la cantidad de intereses ocultos que tenía, distraía al pueblo para desarrollar sus enfermizos planes, nos metió gato por liebre, no había pasado ni un mes cuando esos diputados querían aumentarse su salario. La democracia ha propiciado la creación de corruptos políticos, le ha abierto la puerta a las dictaduras disfrazadas y nos ha demostrado que la sonrisa de un presidente trae consigo algo malo para el pueblo. Costa Rica fue el primer país en Latinoamérica en recibir el imperio de McDonald’s pero será el último en desarrollarse si no cambiamos de mentalidad, si no denunciamos a aquellas personas que promueven la miseria y el dolor, si decidimos callar. La decisión es de cada uno de nosotros: lo hacemos o morimos. ¿Saldremos algún día de este laberinto? Esta es una pregunta individual y su respuesta no se la podemos copiar a nadie.