Es común que los jóvenes siempre recibamos críticas por parte de ciertos grupos. Nuestros gustos, ya sean musicales, políticos o incluso de vestimenta, son vistos como aberraciones que atentan contra algo llamado “moral” o “buenas costumbres”. Incluso hace poco cuando el Skatedra fue cancelado, el Concejo Municipal de Heredia se dejó decir que “este tipo de conciertos son incompatibles con la política que queremos para el cantón, para la juventud. Los que van a estos conciertos de música moderna, de pelos largos, salen en el mejor de los casos alcoholizados y otros drogados, y esto da pie a disturbios” .La verdad no pienso que alguien por tener pelo largo deba ser tachado de peligroso o que sólo por asistir a un concierto signifique que uno va a salir drogado, desconozco lo que estos señores de la municipalidad herediana quieren para la juventud pero me imagino que quieren que nos cortemos “las mechas”, usemos ropa “decente” y que leamos la biblia por la noches ¡Qué aburrido! ¿Acaso esas personas fueron alguna vez jóvenes? Sin embargo, cuando se acercan las elecciones municipales todos los partidos corren para atraer nuestros votos: sólo nos toman en cuenta cuando les interesa, lógico. Los mechudos/delincuentes descarriados/anarquistas/viciosos nos convertimos entonces en votos que los políticos estarán dispuestos a hacer de todo, hasta malabares, para obtenerlos.
Mi banda fue invitada aproximadamente hace una semana tocar en un festival llamado Alajuela para vos. Nos fue informado que el objetivo del evento era que las personas votaran en las próximas elecciones; aunque estábamos decepcionados de la política nacional, decidimos tocar ya que todo indicaba que muchas personas llegarían. El día del festival llegué faltando una hora para que tocáramos pero me lleve una muy desagradable sorpresa: el evento era del Partido Liberación Nacional, esto me extrañó mucho ya que en el periódico La Nación de ese mismo día decía que el festival era para promover el voto en las elecciones municipales. ¿Engaño vergonzoso? No lo sé. Ya no había marcha atrás y no me quedaba más que tocar a pesar de que preferiría morir mutilado que votar por ese partido. Un joven muy amable me informó que tocaríamos en una “guerra de bandas” y que sólo tendríamos el tiempo de tocar dos o tres canciones, esto debido a que a algún “genio” se le ocurrió que cinco bandas podían tocar en una hora. Le informe al joven mi descontento con esto pero me respondió que no podía hacer nada: donde manda capitán no manda marinero. Después de que el baterista de una de las otras bandas que tocaba demostrara tener un ego más grande que todo Londres al criticar los platillos con que toco (supongo que se creía la reencarnación de John Bonham), mi banda conectó su equipo y nos preparamos para tocar. Después de tocar la primera canción, un hombre tomó un micrófono y nos echó burlonamente del escenario diciendo que no había tiempo: no dijo gracias ni nada, como si hubiéramos rogado por tocar allí. Con las demás bandas hizo lo mismo. Pedí hablar con el encargado y el tipo, al ver lo enojado que estaba, me empezó a prometer que nos seguirían llamando para tocar en diferentes lugares, que todo había sido un error… ¡Como si no conociera a los políticos! Las gotas de sudor del joven que nos había llamado delataban su vergüenza, pero él nada podía hacer. Según los organizadores con el aplauso del público obtendrían el ganador, mi banda quedó en segundo lugar y recibimos 25000 colones, pero esa clase departidos siempre olvidan algo: que no todas las personas se callan con dinero. Después de la ridícula “guerra de bandas”, subió al escenario un hombre presumiendo haber dejado las drogas que se dedicó a lanzar chistes homofóbicos como por media hora.
La verdad no entiendo como un partido que pretende atraer el voto de los jóvenes es tan poco serio en lo que hace. Me sentí burlado, como si hubiera mendigado por tocar para ellos, y lo único que recibí fueron promesas huecas, como pasa en cualquier campaña electoral. A pesar de que a una banda se le denomine de “garaje” o “principiante”, esta merece el respeto de cualquier persona: la integridad artística debe permanecer intacta. Sólo debemos recordar la respuesta que dio un juez cuando Salvador Dalí fue llevado a la corte después de romper un escaparate, que había diseñado, al ser clausurado por atraer la atención de las personas que lo miraban: la integridad del artista se respeta sobre todas las cosas.
No creo que un partido que no puede ni manejar un simple “chivo” pueda organizar una municipalidad entera. Me di cuenta con esto que los políticos sólo se acuerdan de los jóvenes cuando los necesitan y les pueden sacar provecho, después de eso se dedican a cerrar los parques a los que vamos y a vetar los conciertos de la música que nos gusta. Todavía no me he decidido por quién votar en las próximas elecciones municipales pero sólo sé que estas cosas me hacen dejar de creer en la democracia.
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